Zaragoza vuelve a tener corazón

Dos años después, regresa este mes de mayo a la capital aragonesa el Congreso Internacional de Inteligencia Emocional y Bienestar.

«Lo emocional va cobrando cada vez más importancia en todos los ámbitos, de modo que la persona que cuide este aspecto tendrá mejores perspectivas profesionales, educativas y labores». Es la sentencia de Juan Antonio Planas, presidente del II Congreso Internacional de Inteligencia Emocional y Bienestar que regresa este mes de mayo a Zaragoza con el objetivo de convertir a la ciudad en un «referente internacional» en este ámbito.

«Queremos que este congreso no sea solo una experiencia puntual de cuatro días, sino la continuación del trabajo realizado hace dos años para convertir a la ciudad en un referente en inteligencia emocional», subraya Planas.

El Congreso Internacional de Inteligencia Emocional y Bienestar (CIIEB) celebrará así su segunda edición entre el 21 y el 24 de mayo y reunirá en la capital aragonesa a más de 600 expertos de diferentes disciplinas -tanto educativas como sociales y sanitarias- para presentar las últimas investigaciones, reflexiones teóricas y experiencias profesionales de relevancia que se están produciendo a este respecto en todo el mundo.

La inteligencia emocional y el fracaso escolar

«Muchos de nosotros somos docentes y en los últimos años estamos evidenciando que cada vez es más importante la relación causal entre aquellas personas que no gestionan bien sus emociones o no resuelven bien esos conflictos y el fracaso escolar«, advierte el coordinador del Congreso, quien preside la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía.

A su juicio, los últimos informes PISA publicados confirman que las cifras de fracaso escolar en Aragón siguen siendo a día de hoy «inasumibles», pese a estar por debajo de la media española que, aun así, se sitúa a la cabeza de la Unión Europea con los peores resultados. En la Comunidad, según indica este docente, el fracaso escolar ronda el 20%, o lo que es lo mismo: uno de cada cinco alumnos no terminan sus estudios de matriculación básica. La diferencia entre sexos también es «significativa», pues se estima que la población masculina presenta un 30% de fracaso escolar, mientras que en la femenina lo sufre un 15%. La diferencia es de «más del doble» en lo que respecta a las diferentes cifras que registran las CC. AA.: por ejemplo -indica este docente- si se compara las comunidades de Andalucía o Murcia con el País Vasco o Navarra.

«Una cuestión que no se dice es que el fracaso escolar masculino es diez veces superior que el femenino y posiblemente la diferencia de género que existe en estos casos deriva de esa inteligencia emocional«, señala Planas.

De esta y otras cuestiones hablará el próximo mes de mayo Francisco Mora, de la Universidad Complutense de Madrid, en la ponencia ‘La neuroeducación’.

?Bullying, ciberbullying y otros trastornos de conducta

Por su parte, el docente y coordinador de este Congreso, Juan Antonio Planas, lamenta que, «por desgracia», en la nueva Ley de Educación «no se contemplan medidas reales contra el fracaso escolar» que ayuden a paliar esta situación. «Estamos dando palos de ciego: que la religión sea evaluable o no o que una asignatura como Ciudadanía se incorpore o no al programa no es en estos momentos prioritario», puntualiza. Sí lo es, por el contrario, los problemas de acoso y trastornos de conducta (asperger, déficit de atención, hiperactividad y TDAH, entre otros) que cada vez más menores sufren en silencio pasando en muchas ocasiones «desapercibidos».

«Para nosotros es importante que se trabaje todo esto porque por desgracia el ‘bullying’ nunca desaparecerá ya que es inherente a la raza humana: lo ha habido siempre y ahora con las nuevas tecnologías lamentablemente va en aumento», dice en alusión al ciberacoso.

Sobre los diversos trastornos existentes y la influencia de la inteligencia emocional en la salud hablará en la conferencia ‘Las competencias emocionales y la salud’ la experta Moïra Mikolajcak, de la Universidad de Lovaina (Bélgica).

Los expertos advierten de que los menores que padecen cualquier tipo de trastorno son más vulnerables a sufrir fracaso escolar, independientemente de su coeficiente intelectual. «Cada vez encontramos más alumnos que no son los convencionales (con una gran capacidad de aprendizaje), sino que son los típicos chicos que no atienden en el aula, a los que se les cuelga la etiqueta de niños raros, vagos o desmotivados«, señala Planas, quien defiende que existe una «correlación directa» entre esos problemas cognitivos y las cuestiones emocionales que llevan a estas personas al fracaso.

Para hacerle frente, el coordinador de este Congreso hace hincapié en que «las cuestiones solo se pueden resolver con empatía», una cuestión clave «dentro y fuera de las aulas».

 

Fuente: heraldo.es

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